Esta semana
es el 50 aniversario de la serie británica Doctor Who y debo confesar que aunque nunca
he sido un fan, el evento me emociona; medito en lo que puede significar para
una sociedad como la británica el hecho de que el más exitoso programa de todos
los tiempos sea de Ciencia-Ficción, en el significado de su permanencia en un
mundo tan competido, en su influencia durante generaciones. El Dr. Who es como el tiempo mismo, estuvo ahí antes que
cualquier otro, que la mítica serie original de Star Trek, que la infame Perdidos
en el Espacio, que las primeras películas de Star Wars en los 70s. Ha ganando
un BAFTA a la Mejor Serie Dramática en 2006,
varios Premios Hugo y varios National Television Awards.
Sin
embargo, por mucho que se empeñen los amantes de la misma en decir que es un
fenómeno mundial, siempre he tenido la impresión que fuera del Reino Unido y la
Commonwealth la serie ha sido ignorada, especialmente en español. La primera
vez que yo la vi fue por 1997 y era entonces filmada en Canadá aunque producida
por la inexorable BBC y ya entonces la encontré compleja, difícil de entender, con
demasiadas referencias de la cultura popular británica y guiños a su historia de
la cual solo los británicos comprenden su ironía. Esta impresión es todavía más
confusa cuando te das cuenta que la audiencia está pensada para niños, que difícilmente
pueden comprender su contenido; hay escenas de extraña violencia, malvados alienígenas
y robots que asustan en medio de melodramas donde nuestro héroe siempre sale
airoso aunque no indemne.
El concepto
del viaje en el tiempo, que parece fascinar especialmente a la sociedad inglesa
desde la publicación en 1895 de La Máquina del Tiempo de H.G. Wells, es intrínsecamente complejo, pero las siglas
de la máquina TARDIS (Time And Relative Dimension In Space) son tan populares
como la vieja caseta azul de la Policía Metropolitana (ya desaparecidas – la única
que he visto es la que está afuera de la estación del Metro de Earl Court en
Londres) - ¿a qué se debe todo este fenómeno?
No tengo la
respuesta; encuentro una ligera relación entre los orígenes del Steampunk y el
Dr. Who, por su manera arcaica de vestir, muy siglo XIX, combinada con sus
inexplicables gadgets, y ese rebuscar en las historias del Imperio Británico,
como si todo el Universo girada en torno a él. Como dije al principio, no es
fácil entender al doctor: quizás la guía escrita por David Cuen para la BBC nos
ayude a vislumbrarlo.
“The universe is big. It’s vast and complicated and
ridiculous. And sometimes, very rarely, impossible things just happen and we
call them miracles.”
— The Doctor, Season 5, Episode 12
— The Doctor, Season 5, Episode 12
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