El Talento

Siguiendo con este cuento de la literatura de los comics, he tenido algunas meditaciones que deseo compartir con los escualidos lectores de este blog. El talento, lo dijo alguién famosete no me acuerdo quién, es la vaina más rara del mundo, la más escasa, la que todo el mundo quisiera tener pero pocos tienen. Una vaina particular de esta vaina llamando talento, es que casi siempre quién lo posee, ignora que lo posee, o reniega de el. Es más común que alguién ajeno lo sepa reconocer con facilidad. Pasa con los músicos, los artistas, los actores y desde luego con los escritores. Yo por ejemplo, no se reconocer mi propio talento, o si tengo alguno, y puedo sin embargo reconocer el de otras personas, como mi amigo Javier o Zio o Jesus. Lo peor es que esta vaina que es el talento es a su vez una gran vaina. La gran vaina que nos echó alguién, Dios, nuestros genes o la madre naturaleza (por no decir la madre que nos pario). Porque nadie pide nacer con esta vaina: solo está ahí, para que lo usemos o no, para que hagamos lo que queramos con el. Esta vaina nos acompaña toda nuestra vida, nos atormenta, nos obliga ha hacer cosas que no queremos hacer, nos recuerda siempre lo que podemos hacer, lo que podemos mostrar a otros. Es como los superpoderes de los superhéroes, forzados en su destino. Benditos los afortunados que saben reconocer su talento y saben que hacer con el, los que no necesitan que le digan que tienen talento porque saben que lo tienen. Entonces solo tienen que dedicarse a demostrar que esta vaina está ahí, con ellos, y ha venido para quedarse.