lunes, marzo 12, 2007

Rumania, "tierra de romanos"


Por esas extrañas circunstancias de trabajo que rodean a las empresas en Irlanda, y por las cuales muchas se están marchando a los países del Este de Europa, mi esposa ha tenido que irse, temporalmente, a trabajar a Rumania, a la ciudad de Timisoara. Aunque estaba ilusionada en un primer momento, se va con todos los gastos pagados, apenas dos días después cambio de opinión. Porque como sospechaba, este último miembro de la Unión está más atrasado de lo que las estadísticas dicen. En manos de Nicolae Ceausescu desde 1967 hasta que fue ejecutado por un Frente de Salvación Nacional presidido por Ion Iliescu, en Diciembre de 1989, precisamente por una rebelión social iniciada en Timisoara, este país con raices profundamente latinas, apenas ha salido del oscurantismo que precedió la era post-sovietica.
Algunos puntos particulares de esa pasada historia parecieran repertirse ahora en Venezuela: empezando en 1972, Ceauşescu instituyó un programa de sistematización, que fue promulgado como una forma de construir una «sociedad socialista desarrollada multilateral». El programa de demolición, construcción y reubicación empezó en las zonas rurales, terminando con el intento de remodelar completamente la capital. Un quinto de las construcciones de Bucarest, incluyendo iglesias y edificios históricos, fueron demolidos, y reemplazados por edificaciones que seguían el estilo personalista del régimen. Mucha gente murió durante la construcción del Palacio del Pueblo (Casa Poporului), en Bucarest, el que actualmente ocupa el Parlamento y que es el segundo edificio más grande del mundo, después del Pentágono. También planificó la demolición de múltiples villas para mover a sus habitantes a edificios de bloques en las ciudades, como parte de su programa de urbanización e industrialización.
¿Algo de esto les suena conocido?
Mi esposa me dice que el atraso se nota en cosas tal elementales como la falta de servicios públicos, practicamente inexistente seguridad social y el deterioro de calles y edificios. Comunicarse fuera del país, sea por teléfono fijo o mobil, es una ardúa tarea (de hecho nosotros apenas pudimos hablar una vez, el resto ha sido puro chat a través de Internet). Sorprendentemente dado los bajos salarios, 400 euros al mes es considerado algo muy bueno, los precios no son baratos, quizás solo un 20% menos que cualquier otra ciudad europea, y es inconcedible pensar como esa gente llega a final de mes.
No todo ha sido malo, me dice que la comida y el trato de los rumanos es excelente, y que el nivel de educacion es alto. Conociendo tanto rumanos emigrados, sobretodo a España, esperemos que pronto sean considerados ciudadanos europeos de primera, y no como hasta hora, muy de segunda.

1 comentario:

solar dijo...

Pues los paises como Argentina no difieren demasiado, y ademas de sueldos bajisimos empezamos desde la devaluacion a pagar todo mas del triple, y los seguros sociales no existen, es cierto que si uno a salido de eso y se ha mudado a un sitio donde las cosas funcionan volver implica un ertroceso que te hace sentir mal...espero la pase lo mejor que pueda