lunes, octubre 08, 2012

Proceso histórico o Recuerdos del Pasado



Nunca he sido un animal político, de hecho detesto la política en todos sus ámbitos, pero estas pasadas elecciones en Venezuela me han traído memorias del pasado y recuerdos del futuro. Nací y crecí en Caracas, viviendo prácticamente todo el proceso democrático que ha tenido el país, mis padres eran inmigrantes españoles y mi madre estaba colgando ropa cuando una bala la rozo, justo el día del levantamiento contra el general Pérez Jiménez,  en 1958. Crecí en los felices años 60s, en medio de la playa y el Ávila, donde Venezuela era el progreso y la paz, siendo uno de los pocos países de Latinoamérica donde no mandaba una cachucha militar.  Mi padre murió ahí, en el verano del 77, y por una de esas casualidades, lo enterramos a pocos metros de la tumba de Raúl Leoni, en el Cementerio del Este. Esa circunstancia me hizo adquirir una particular conciencia histórica de lo que es el país, pues la tumba del ex-presidente estaba descuidada, como si no lo hubieran dado mantenimiento por años. No podía imaginar como habían olvidado tan rápidamente al que ha sido sin lugar a dudas uno de los grandes mandatarios del país, así que, cuando llevaba flores a mi padre, de Domingo en Domingo, siempre dejaba algunas en su tumba.
Los años pasaron y llegaron los sinsabores de corrupción de Carlos Andrés Pérez, los desatinos de Herrera Campins y las dudosas apariciones de Lusinchi. Los problemas sociales ya eran endémicos: yo fui uno de los voluntarios del censo de 1981 y me toco subir a los cerros de El Limón y de el barrio San Agustín del Norte, donde por primera vez vi no solo la pobreza si no la verdadera mísera, rodeada irónicamente de electrodomésticos y antenas de TV, y donde después de las 6 pm ya no se puede ni bajar ni subir, y sus habitantes viven bajo una violencia impensable para la clase media. Las instituciones del país nunca funcionaron; ni el SSO, ni los sopotocientos ministerios, y el manejo de influencias siempre fue rampante. En Venezuela el que no era vivo era pendejo.
Me fui hace casi 20 años, y la última vez que vote en el país, fue en el 93 por Caldera, pensando que era el único candidato con cierto poder de criterio. Lo que el hizo, al darle el perdón a un Chávez comandante, fue abrir la Caja de Pandora. Y desde entonces el país esta como está, y no me extraña que un hombre como él, gane por tercera vez seguida. Su camino fue abierto antes de su época, por procesos históricos irreversibles, que están fuera de las manos de la mayoría. Ayer, viendo la multitud emocionada de gente joven votando en el Consulado de Londres, y cuyo partidismo era obvio, me preguntaba cuantos de ellos se daban cuanta realmente de lo que estaba pasando, y de que los 100 mil expatriados venezolanos que hay por aquí y allá, no iban a ser ninguna diferencia en contra la masa de pueblo que todavía viven en los barrios, esperando que este presidente  sea su mesías.

Pero esta vez, el reelecto Presidente deberá meditar en un proverbio atribuido a Abraham Lincoln que dice ""Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo."   







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